miércoles, 2 de abril de 2008

Canto III de la Divina Comedia de Dante por Dore (2)


Y he aquí que viene en bote hacia nosotros
un viejo cano de cabello antiguo,
gritando: «¡Ay de vosotras, almas pravas!

No esperéis nunca contemplar el cielo;
vengo a llevaros hasta la otra orilla,
a la eterna tiniebla, al hielo, al fuego.




Mas las almas desnudas y contritas,
cambiaron el color y rechinaban,
cuando escucharon las palabras crudas.

Blasfemaban de Dios y de sus padres,
del hombre, el sitio, el tiempo y la simiente
que los sembrara, y de su nacimiento.

Luego se recogieron todas juntas,
llorando fuerte en la orilla malvada
que aguarda a todos los que a Dios no temen.

Carón, demonio, con ojos de fuego,
llamándolos a todos recogía;

da con el remo si alguno se atrasa.

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